Hay veces en que un simple detalle nos alegra la vida; más aún cuando ese detalle viene de alguien a quien amamos profundamente. Hoy he estado bordando con mucho afán para avanzar todo lo que me sea posible en un bordado que quiero esté listo pronto; en un momento en que me sentí absolutamente sola en casa, levanté la vista y frente a mí estaba el hermoso ramo de flores que mi esposo, Rafael, me había regalado el día anterior. Verlo me recordó que, aunque vivo en un país extraño, no estoy sola y que siempre estoy en compañía, pues tengo el corazón lleno de personas a las que quiero y donde quiera que vaya ellas están conmigo. Las flores estaban abiertas en todo su esplendor y verlas trajo hermosos recuerdos a mi memoria; la hermosa sonrisa que lucia mi esposo cuando me las regaló y el dulce beso con que me dijo: " Son para ti, mi amor". Pero también recordé las bellas flores que he recibido en otras ocasiones a lo largo de mi vida, tanto de mis hijos como de mi esposo. Rafael tiene la costumbre de regalarme flores en días especiales, así como un día cualquiera, sin que haya un motivo especial; quizás porque sabe que valoro más un ramo de flores que una joya.
Las flores son vida, son esperanza, son alegría pintada de mil colores. Gracias , mi amor , por regalarme flores!!
Buenos diassssss:
ResponderEliminarOhhhhhhhhhhh mis favoritas, pero el lilium... especialmente en blanco, me encanta, cuando me case, llevaba un ramo con tres varas de esta flor. Las margaritas blancas ya ni te cuento. Me alegro por ti.
Besicos regordicos
Me gustan muchísimo los colores de este ramo. Qué suerte tienes que te las regalan! Mi marido no es de flores, ni se le ocurre. Una vez que nos enfadamos, vino con una plantita pequeña a disculparse, nada de flores. ¡Y menos mal que no fue un cáctus!;))
ResponderEliminarBesitos.
Mabel.
How utterly sweet and awesomely thoughtful your husband is!!! You are truly blessed to have such a vibrant & intimate relationship. May it last a lifetime.
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