Dicen que somos un cúmulo de pequeñas cosas; trocitos de momentos vividos, unidos por lineas invisibles, que forman una vida. Pero, es esa secuencia de pequeños instantes lo que en verdad somos.
En el 2011 fue cuando comencé a coleccionar los pequeños pedazos que sobraban de las hebras de hilo que usaba en cada uno de mis bordados. Son pequeños recuerdos de momentos vividos, trocitos de hilos que fueron parte de proyectos que me han acompañado en momentos alegres, felices y tristes.
La ultima vez que os mostré mis sobras de hilos, fueron las del 2012 y 2013. Seguí bordando a lo largo del 2014 y a mediados del 2015 -que fue cuando dejé de bordar por casi 4 años- hasta el año pasado, que la aguja y el hilo volvieron a soñar entre mis manos.
Muchas veces a lo largo de estos años, mis ojos se han posado en los frascos en los que guardo estas sobras de hilos... Siempre que los veo, no puedo evitar revivir momentos vividos en los que esos hilos me acompañaron. Otras veces , me siento absorta por la variedad de colores y los sutiles cambios de tonos que forman su conjunto. Trocitos de hilos que son restos de cosas mucho más grandes!
En el frasco nodriza, hay restos de hilos de 7 años de labores,
de un total de 75 labores realizadas entre el 2010 al 2019!!
Una parte muy importante de mi vida, que a través de este blog, he compartido con vosotras. 🌹
Vosotras, también guardáis sobras de hilos (Orts)?
Mayté
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